113)SUBRAYA UN ELEMENTO QUE HAY ENTRE ESE PACIENTE Y YO ¿ES ÉSTO «TRANSFERENCIA»?

113) Subrayas que hay un elemento entre ese paciente y yo que tiene un poder sobre la relación y sobre lo que sucede en el grupo. ¿Esto es lo que se entiende por transferencia? En algún momento creí que significaba que veías en alguien la figura de tu padre, por ejemplo. Ahora estoy comenzando a pensar que no es así. Es verdad que recuerdo los ojos azules de otras personas como algo especial, que no sé cómo definir y que ejerce sobre mí un atractivo especial. Comienzo a ser consciente de que esos ojos me recuerdan a los de un familiar, hermano de mi padre, pero las formas de comportarse se asemejan a las que tiene mi hermano. Eso posiblemente está presente cuando le miro. Pero… ¿cómo puedo evitar transferir estos sentimientos para que no afecten al grupo?

 

Pretender que no afecte o que no se transfieran cosas, es imposible. Como ya te comenté, transferimos constantemente. Y buena parte de la base psicoterapéutica se ubica en este fenómeno universal. Ahora bien, al introducirnos de forma más concreta en este tema lo que hacemos es constatar una serie de fenómenos: los elementos proyectados por ti en los ojos de ese miembro del grupo, y el fenómeno transferencial. Éste último corresponde al hecho del desarrollo inconsciente de una serie de estructuras relacionales del pasado, de la infancia. En este caso podríamos decir que algo de la forma en la que te vinculas con esta persona guarda relación con la idea de transferencia. Y viceversa, esa persona se ubica ante ti y ante los demás tanto individual como colectivamente, de forma que reproduce algo que tiene que ver con la manera con la que se relacionaba con sus figuras representativas. No es que ahí vea en ti algo de su padre, como dices, sino que se relaciona contigo como si se tratase de una figura suficientemente representativa. Y lo mismo sucede en dirección contraria: la estructura relacional que tienes con las personas a las que hace referencia tu recuerdo, están presentes en la relación con él y con el grupo. Te hablé de la instalación de la estructura relacional personal, adquirida y desarrollada a lo largo de la infancia y juventud en el seno, básicamente, de la familia. Estructura relacional viene a ser como el prototipo o la matriz de relaciones que has constituido a partir de la experiencia de interdependencias vinculantes con los miembros de tu familia, en especial con aquellos que son o han sido significativos. Estructura que no sólo dispone de aspectos conductuales y cognitivos, sino que está elaborada de forma simbólica en torno a deseos básicos que han quedado sin resolver. Esta estructura, que es con la que vamos todos, lógicamente se evidencia en todas y cada una de las relaciones que establecemos con otras personas y grupos. Y se hace más patente cuanto más tiempo pasa y más intensas o más fundamentales y personales son estas relaciones. Y en el poder ir analizando los componentes de esta estructura es donde fundamentalmente reside buena parte del poder «curativo» de la experiencia grupoanalítica. Pero a estas estructuras que provienen del grupo familiar hay que añadir también las adquiridas y desarrolladas en otros grupos sociales, en especial, con el contexto social en el que uno ha ido creciendo. Con ello nos colocamos en una comprensión de lo transferencial bastante más compleja. Pero vayamos paso a paso.

 

Te decía anteriormente que la transferencia es uno de los pilares del tratamiento psicoterapéutico descubierto por Freud (por Bleuler en realidad) y que ya desde los inicios de la psicoterapia de grupo había sido considerada como un factor presente. Si nos remontamos un poco a los inicios, tanto Wender (2936) como Wolf laincluyeron en sus abordajes: Wender inició [la psicoterapia de grupo] en el contexto de pacientes ingresados, combinando conceptos freudianos sobre la psicología de grupo con interpretaciones de la transferencia familiar a la transacción dentro del grupo (Sheidlinguer, XX:2); y más adelante, Wolf, A., quien desarrolló en la década de los años 30, un abordaje freudiano para la terapia de grupo con adultos. Utilizaba un derivado de la asociación libre, incluyendo el análisis de la transferencia, la resistencia y los sueños (ibídem: 3). Estos deben ser los inicios de su uso en el grupo. Pero ¿qué es eso de la transferencia?

 

Por transferencia entendemos lo que nos dice el diccionario: del Lat. transferens –rentis, p.a de transferre, transferir. Y ésta palabra, significa pasar o llevar una cosa desde un lugar a otro. En el campo conceptual psicoanalítico, el término designa el proceso en virtud del cual los deseos inconscientes se actualizan sobre ciertos objetos, dentro de un determinado tipo de relación establecida con ellos y, de un modo especial, dentro de la relación analítica (Laplanche, J., Pontalis, J – B., (1981: 439). Esa actualización se desarrolla a partir de las relaciones que se establecen en el seno del grupo con los compañeros, con el conductor, con las diversas constelaciones de miembros del grupo y con el grupo como globalidad. Cada persona se ubica y trata de ubicar a los demás en el punto que le va a posibilitar que deseos y temores inconscientes que provienen de nuestra infancia puedan actualizarse en la relación que trata de mantener con las personas con las que está. Y por esta misma razón se instalarán los elementos patógenos que se desarrollaron en aquel entonces. Patógenos y patogénicos y también normógenos y normogénicos.

Si nos detenemos aquí, en tu grupo se van pudiendo detectar elementos transferidos. Por ejemplo cuando hablabas de esa persona que precisa demostrar que siempre sabe de todo. O incluso la que da conferencias. O el chico de los ojos azules y tu relación con él. Estos son fenómenos transferenciales. Y como verás los hay de varios tipos.

 

Wolf, A., y Schwartz, E. K., (1967)nos indican que en el grupo se ve un fenómeno que no se logra en el análisis individual, precisamente la igualación patológica de pacientes en una sola figura de transferencia. (:231). Si te fijas, señalarían una transferencia sobre una persona, presumiblemente tú, ya que eres la conductora. Ese aspecto también lo observa entre otros Slavson (1976) añadiendo, además, un elemento que lo diferencia de la transferencia individual. Dice así: en la psicoterapia grupal las transferencias paciente–terapeuta se ven además modificadas por la presencia de otros. Se activan en este caso los sentimientos tempranos y los recuerdos inadecuadamente reprimidos relativos a hermanos y a progenitores. De ese modo un paciente que proyecta sobre el terapeuta sentimientos transferenciales propios de la relación padre–hijo puede, al mismo tiempo, reaccionar también ante otros miembros del grupo como si estos  fuesen sus hermanos (:124). Es decir que en este aspecto de la relación que el hombre de los ojos azules establece contigo hay una modificación derivada de la presencia de los demás. Y entonces Slavson nos propone una diferenciación: para diferenciar estos tipos de transferencia utilizamos los términos transferencia libidinal (para los sentimientos que se derivan de los progenitores y con ellos se vinculan), transferencia fraternal ( para los sentimientos que emanan de las relaciones con los hermanos) y transferencia de identificación ( en la que el paciente se identifica con el terapeuta y con otros miembros del grupo y desea emularlos y ser como ellos – esto es, funcionan como ideales del yo y modelos de identificación-). (:124): estamos hablando de los matices o colores de la transferencia.

 

Si tomamos a nuestro autor de referencia, Foulkes, vemos que nos dice que en la «situación grupal» se dan unos fenómenos transferenciales que están «distribuidos» entre todos los que estamos en el grupo, conductor incluido. (S. H. Foulkes y E. J.Anthony, 1964). Es decir, no habla tanto de transferencia en singular y de forma particular cuanto de fenómenos transferenciales que se dan en eso que llama «situación grupal». Y ¿qué significado tiene este término aquí? Parece que con este término se nos habla del campo dinámico de experiencia y como un agregado de factores interactivos e interdependientes de la personalidad y la circunstancia (S. H. Foulkes y E. J.Anthony, 1964: 30). Estos mismos autores (bueno, en realidad Anthony ya que es el autor del capitulo), recogen una cita de S. Quenn del 1931. Dice así: una situación consiste en las relaciones entre las personas, vistas como una sección transversal de la experiencia humana cambiando constantemente de modo caleidoscópico, y afectada por las condiciones materiales y por las relaciones con otras personas. Así, hacemos del concepto situación una herramienta intelectual similar al concepto antropológico cultural; ambos son lo bastante flexibles como para que satisfagan, son capaces de subdivisión y algo más que la suma de los elementos separados; ambos transmiten la idea de relación, presentan núcleos alrededor de los cuales se reúnen configuraciones y están cambiando constantemente (S. H. Foulkes y E. J.Anthony, 1964: 31). Con ello podemos pensar que la situación grupal en la que te encuentras es ese caleidoscopio de relaciones que de alguna manera posibilita la emergencia de situaciones o fenómenos transferenciales.

 

En 1963 aparece un texto de Kadis, Krasner, Wininc, y Foulkes (1974)  en el que definen la idea de proceso grupal como la forma en que el grupo se expresa a sí mismo en su curso terapéutico dentro de los parámetros fijados por su clima emocional y sus miembros (:98). Tras esta introducción introduce la idea de respuesta G, o respuestas del grupo que son aquellas que como resultado de las mutuas experiencias nodales, se han presentado varias situaciones centrales de respuesta con tal frecuencia que se pueden identificar como peculiares e innatas al grupo de terapia (…)  hay varios puntos nodales en los procesos de terapia de grupo donde hay mayores probabilidades de que se modifique el clima del grupo o que ocurra una respuesta esquemática. (: 99). Pues bien, una de las respuestas G es, para estos autores, la transferencia múltiple: Un concepto central en la mayoría de las modernas tendencias psicoterapéuticas es la transferencia o la transmisión al terapeuta de emociones sentidas en las situaciones anteriores (:102) A partir de ahí aparece una breve discusión. Reconocen que Slavson adaptó y modificó algunos de los conceptos de Freud para la situación de grupos e hizo lo que Wilfred Hulse llamó una contribución importante y permanente al tema. Mientras que Slavson afirma que el marco de grupos diluye la transferencia, Hulse ha observado que no hay razón alguna para suponer que la reacción de transferencia de los miembros sea más diluida que la que existe en el tratamiento individual. Considera, sin embargo, que la transferencia primaria va dirigida contra el terapeuta y que todas las restantes son derivadas. (:103). O lo que es lo mismo aplicándolo a tu grupo: que lo que se transfiere a los compañeros tiene unas características diferentes, como ya decían otros autores, de lo que se transferiría sobre ti.

 

En este punto Kadis, Krasner, Wininc, y Foulkes (1974) nos indican que la terapia de grupos conducida por terapeutas de distintas escuelas pondrá al descubierto varios tipos de fenómenos transferenciales (:104). Así que centrándonos en la persona de los ojos azules, lo que se transfiere depende, por un lado de lo que las personas del grupo le posibilitan al generarle relaciones diferentes. Y por otro, que lo que desde tu propio pensamiento pondrás más en evidencia dependerá de los elementos teóricos desde los que trabajes. Y entonces Kadis y cols, nos ponen un ejemplo:

  • Los terapeutas de la escuela de Horney tenderán a ver que sus pacientes se acercan, se enfrentan o se alejan de la gente. Su preocupación no es tanto el origen (…) sino la manera en que ocurre la interacción en un momento dado. (…)
  • Los seguidores de Sullivan verán que sus pacientes luchan con distorsiones paratáxicas y que se perciben mutuamente en una forma distorsionada fundamentada en su necesidad funcional de deformar (actitud paratáxica)
  • En el grupo psicoanalítico (…) las relaciones transferenciales entre los miembros del grupo y los terapeutas pueden incluir sueños (…) la transferencia múltiple es el proceso por el cual cada paciente reacciona transferencialmente a lo que Alexander Wolf ha llamado “diferentes características provocadoras de las múltiples personalidades del grupo (:104-5),

 

con lo que vamos pudiendo percibir como un gran abanico de matices que definirían la transferencia en el grupo.

 

Otro aspecto es dónde situamos la génesis de todo eso. Dicen Kadis y cols., que es muy posible que el fundamento de la transferencia sean las interrelaciones familiares del paciente (:106), remarcando la importancia: mientras más claramente surjan las relaciones transferenciales del paciente y mientras más claramente parezca éste estar transfiriendo a los miembros del grupo percepciones y relaciones emocionales anteriores, más interés tendrá en emplear sus recursos para proteger las defensas que han apuntalado, en el pasado, sus relaciones con otros (:107). Ahora bien creo que esta visión no deja de estar muy ceñida a un pensamiento más ortodoxo y que quizás podríamos pensarlo desde otro ángulo.

 

Desde mi experiencia, la transferencia puede verse con bastante claridad, entendiendo por ella todo un esquema relacional que actualiza o trata de actualizar deseos y temores infantiles y suscita en los demás reacciones asociadas a esos mismos deseos y que es lo que denominamos contratransferencia. En realidad transferencia y contratransferencia forman un marco de relación en la que todos estamos intervinculados a partir de la activación y búsqueda de satisfacción de aquellas estructuras relacionales y por lo tanto simbólicas que venían asociadas a esos temores y deseos infantiles en el aquí y ahora de la relación grupal. En el fondo no deja de ser un intento de construir el mundo al modo de uno o, por decirlo de forma más interrelacional, uno trata de poner a los demás en el mismo lugar en el que se ubicaron las personas significativas en su momento, determinando una forma de interrelación con uno mismo que se asemeje a aquella, dado que lo que sucede es que no se ha podido superar la realidad de la evolución correspondiente al paso del tiempo. Eso facilita que de forma un tanto megalomaníaca, pretendamos que las situaciones del pasado se actualicen en el aquí y ahora como fórmula «mágica» para sustituir el presente por lo que sucedió, con las consabidas consecuencias negativas.

 

Es muy importante este aspecto ya que evidencia y hace presente cómo los humanos seguimos pautas de relación asociadas a significados y a afectos profundos labrados desde nuestros más tiernos momentos de nuestra vida. Aquí la Función Verbalizante busca poner palabras a lo que son estructuras silentes, a lo que son conjunto de comportamientos y significados que actúan en nosotros sin que nuestra consciencia se dé por enterada. Esa verbalización de los hechos supone no sólo un incremento del conocimiento sino la posibilidad de modificaciones en nuestras pautas de relación.