Qué es un grupo.
Parece que todo curso sobre grupos que se precie de serlo exige iniciarlo con la definición de lo que es un grupo. Pero hablar de ello, definirlo, no suele ser fácil ya que todos tenemos una idea de lo que es y esto no facilita la tarea ya que es concepto previo dificulta la incorporación de otras formas de verlo. Hay que hacer un esfuerzo por acomodar la nueva información a la que ya teníamos, y eso no se hace sin más.
Todo el mundo sabe lo que es un grupo. Me imagino que si no todos, la mayoría de vosotros sí trabajáis con varios pacientes a la vez. A esto se le suele llamar trabajar en grupo. Es decir, el hecho de estar junto a varias personas y trabajar conjuntamente con ellas parece presuponer que ya estamos ante un grupo. Independientemente de si los agrupamos o hacemos otra cosa con ellos. Los diversos entendidos en el tema grupal suelen diferenciarlos o clasificarlos de diversas maneras: según el tamaño (pequeños, medianos, grandes…), según el grado de estructuración (clanes, pandillas, masas…), según los vínculos que unen a esas personas (grupos familiares, grupos de trabajo…) o incluso según la finalidad (de tiempo libre, de terapia, de psicoterapia…). Es decir, realizan clasificaciones que en cierto modo ayudan a pensar en el grupo ante el que nos encontramos. Y esto facilita también que se cosifique, que se materialice de tal forma que pensarlo de otra manera se nos haría más difícil: por ejemplo, ¿podríamos pensar que en realidad el grupo no existe, que es una abstracción, que no es una cosa que exista per se?
Un inciso. Hace poco me he enterado de que éramos un montón de personas, como veinticinco. ¿Cómo os concibo, como grupo? Creo que muchos de vosotros trabajáis juntos, ¿eso significa que ya sois grupo? ¿O sois varios grupos? Si fueseis grupo para mí parece que ello significa que previamente os he otorgado tal categoría, ¿verdad? ¿En base a qué, a que trabajáis juntos? Y si hubiera quien no trabajara con la mayoría de vosotros pero accediera al curso, ¿os consideraría grupo? ¿Se consideraría miembro del grupo o no? Ciertamente no puedo considerarme miembro de ese supuesto grupo aunque posiblemente me apeteciera formar parte de él, ¿por qué no me siento miembro del grupo? ¿Y si no lo fueseis, si sólo fueseis personas que trabajan juntas y nada más? Y los pacientes de la sala de espera, ¿son grupo? Y los de una unidad de internamiento, ¿lo son? Y sus profesionales, ¿lo son también o no? Los profesionales y los pacientes, ¿son un grupo? Fijaros que son muchas las preguntas que me hago y que seguro son pocas en relación a las que os podéis hacer vosotros. ¡Ah! ¿Y esto que escribo, lo escribo para el grupo o para cada uno de vosotros? ¡Buf!, lo que hacen los nervios y la vergüenza antes de empezar a trabajar…
Volvamos a la idea de lo que es un grupo. En su concepto, hay algo que llama la atención. Si nos fijamos en la etimología del término nos damos cuenta de algo que pocos subrayan: la palabra grupo no aparece en nuestra cultura hasta comienzos del XVI. En realidad no comienza a tomar cuerpo hasta finales del XV en Italia. Los artistas buscan una palabra que defina o que diferencie en una pintura, por ejemplo, la composición de varias personas que constituyen una unidad visual del resto del cuadro. Para ello toman del alemán un término, krups, que es como una hinchazón, una masa más o menos redondeada de grasa. Esa palabra se convierte en grupo (o groppo, según) y es a partir de ese momento cuando comienza a expandirse por las lenguas románicas. Podríamos preguntarnos por qué no es hasta ese momento que el término no está en el vocabulario, ¿verdad? Porque hay un hecho que puede ser casi indiscutible: desde que el humano es humano ha vivido en grupo, o grupos. La hipótesis que se baraja es que es precisamente a partir del Renacimiento cuando cobra fuerza la idea de individualidad y ese hecho facilita que se considere el grupo como algo diferente al individuo. Es decir, que el concepto aparece casi en oposición a otro, al de individuo. Como si individuo y grupo fuesen dos entidades distintas.
Pero ¿qué entendemos por grupo? Claro que entonces tendríamos que pensar que qué entendemos por individuo. La palabra grupo nace en Italia, de la mano de los artistas del Renacimiento que la aplican para diferenciar un conjunto de objetos que forman más o menos una unidad del resto de la obra. Esto significa que la idea de grupo proviene de la percepción de una unidad relativa entre los que lo constituyen. Y si mirásemos los diccionarios tanto de la lengua como los etimológicos veríamos que nos remiten a esta idea, la de la unidad perceptiva que alude a una unidad relativa. Y relativa porque depende mucho del grado de vinculación que presentan esas unidades que lo constituyen. Podríamos seguir ampliando este tema que está algo más desarrollado en mi texto (Sunyer, 2008).
Ahora me encuentro ante un pequeño problema. Ese texto, el del 2008, ya no se ajusta mucho a lo que hoy, 2011, pienso sobre el tema. Varias razones son las que me van llevando a modificar lo que dije (por no indicar lo que había dicho bastantes años antes). Posiblemente una que está muy presente es que me he ido desligando poco a poco de los ambientes en los que me iba cocinando, lo que me ha permitido o ha provocado que en estos momentos la idea que tengo de lo grupal sea diferente. Anteriormente consideraba que en efecto, un grupo era un conjunto de personas que se unían o permanecían unidas en pro de un determinado proyecto, de una razón que las llevaba a estar juntas, o que simplemente habían sido convocadas por alguien para desarrollar una tarea determinada. Y esto, hoy por hoy, lo sigo considerando cierto. De hecho, cuando cualquiera de vosotros decide organizar un grupo lo que hace es convocar a una serie de personas con una finalidad concreta: ayudarles. Lo que quizás no está tan claro es que lo que hacemos al hacer eso sea constituir un subgrupo que es un extracto del grupo social al que todos pertenecemos. Es decir, extraemos del grupo social a una serie de personas para que durante un tiempo determinado realicen una tarea mediante la que esperamos y deseamos que obtengan la ayuda anhelada. Pero las extraemos momentáneamente porque siguen estando vinculadas a otras personas: siguen formando parte de ese tejido social al que pertenecen.
Volvamos a nuestro caso. Los convocados al seminario (yo también estoy convocado) procedemos de nuestro entorno, no sólo laboral sino familiar, social, deportivo, político, económico, religioso… y no por venir aquí dejamos de pertenecer ahí. Y hemos sido convocados por alguien, Sara, con una propuesta determinada, una finalidad formativa que es la razón por la que estamos. Pero este hecho no quita que los vínculos que tengamos con los demás desaparezcan; aunque es probable que puedan modificarse. Evidentemente no es la intención del seminario modificar vínculos, pero podría darse el caso de que lo que se vaya tejiendo entre nosotros haga que algo de estos vínculos se modifique. Por ejemplo, tengo entendido que algunos o muchos de vosotros trabajáis juntos, formando otro grupo. Y es posible que haya algunos cambios a partir de algunas cosas que vayan apareciendo. Es decir, el hecho de pertenecer a un grupo abre la posibilidad de cambios que pueden afectar a las relaciones que establecemos en alguno de esos grupos. Eso se debe a los vínculos que se establecen. El individuo es muy pequeño frente al poder que tienen los vínculos que hemos establecido con las personas que nos rodean. Eso nos lleva a considerar que el individuo (indivisus) forma parte de una realidad de la que no puede desligarse: la realidad grupal, social de la que es una parte indisociable.
Busquemos una metáfora. ¿El agua del mar está constituida por una infinidad gotas de agua? ¿O la gota sólo existe cuando se le extrae del mar al que pertenece? ¿Todas las gotas del mar son o serían iguales? ¿Están todas a la misma temperatura? ¿O la temperatura, la salinidad, la velocidad de movimiento depende del lugar en el que se encuentre y de circunstancias ajenas a la propia gota pero que le influyen de manera que no puede dejar de ser lo que ese contexto le determina? Ya sé que me vais a decir que una gota es tal en tanto que la tensión de la membrana que une determinada cantidad de agua, no se rompe. Pero no hablo desde la física.
Si considerásemos que el individuo es la porción social viva más elemental capaz de realizar el círculo vital (nace, crece, se desarrolla y muere), entonces comenzamos a ver el grupo desde otra perspectiva. Y al individuo. Porque los individuos establecemos entre nosotros y de forma inexorable unos vínculos que determinan unas interdependencias (interdependencias vinculantes) mediante las que nos constituimos como tales y al tiempo, posibilitamos que se constituyan los demás. El resultado de estas interdependencias vinculantes que nos constituyen como individuos es lo que denomino grupo. O sea, grupo es el resultado de las interdependencias vinculantes que se establecen entre una serie de personas que se reúnen para cualquier tipo de finalidad. Pueden ser dos, tres o miles de personas. El individuo como tal sólo puede considerarse como tal cuando lo consideramos separado de estos vínculos que le constituyen como tal individuo. El individuo en realidad es la parte social viva más elemental. Su existencia no puede concebirse de forma aislada del grupo del que forma parte, de la sociedad de la que es miembro.