03 Ene Fue una muy buena experiencia
Hemos acabado totalmente con las responsabilidades que afectan a esta experiencia lectiva. Me habéis entregado vuestros cuadernos de Bitácora, los he leído, valoré no sólo la asistencia sino mi percepción de participación en el aula, han salido unas valoraciones del resultado de vuestro esfuerzo y os los he comunicado individualmente. Sólo me queda introducir las notas en los registros universitarios y finalmente, firmar las actas. Pero no quería poner punto final sin unas líneas más.
Ha sido realmente una muy buena experiencia. A tenor de lo que decís en las valoraciones que habéis puesto en vuestros cuadernos, y más allá de lo que algunos pueden calificar de «peloteo», la verdad es que vuestras opiniones de lo que hemos hecho ha sido excelente. Unos habéis puesto el acento en la actividad; pero otros, muchos, habéis añadido valoraciones de tipo personal hacia quien ha sido el conductor de la experiencia. Y os estoy muy agradecido. Creo que entre todos hemos hecho un buen trayecto.
Esta experiencia, que ya tiene once años, es importante; posiblemente más de lo que creéis. Sé que a algunos no les ha agradado. Entiendo que a algunos les ha sido duro venir a clase cada día, comprometerse en una tarea que va más allá de los aspectos meramente cognitivos, adquirir el hábito de escribir cada día unas reflexiones más o menos personales acerca de lo vivido en clase, participar en juegos, ejercicios, interpretaciones, actividades de todo tipo… entiendo que les haya sido duro. Todo el mundo tiene derecho a ubicarse en una posición similar a la que en el campo educativo siempre ha sido la fundamental: una posición pasiva. También entiendo que estas personas representan algo más: la lógica resistencia que tenemos todos a participar de las cosas comunes; de participar en el pleno sentido de la palabra: ser partícipes, ser parte de algo. En cualquier caso una pregunta que habrá que ir resolviendo es ¿qué pasa en la matriz social que facilita o induce a que no todos sus componentes se impliquen en la construcción de algo nuevo? Y algo deberá pasar porque estas situaciones las encontramos por doquier.
Pero por otro lado, muchos habéis sido los que habéis valorado muy positivamente el esfuerzo que os pedí realizar. Sé que en un principio es difícil, da miedo, reparo. Sé que en muchas ocasiones, otras experiencias de parecido color os han decepcionado; y por lo general, tras una decepción no acabamos de creer en lo que nos proponen los profesores. Pero creo que habéis podido constatar que había pocas contradicciones entre lo que decíamos y hacíamos. Y creo que esto precisamente es lo que os ha ido animando a colaborar en la construcción de un espacio de pensamiento común, compartido. Pat de Maré llamó Koinonia —comunión— a la vivencia alcanzada por los miembros de un grupo semejante a la nuestra. Pertenecíais a la clase de Orientación Psicológica. Fuisteis un grupo comprometido en una tarea que, además, producía aprendizajes personales, cognitivos y, sobre todo, mantenía una tonalidad lúdica que, a decir de Winnicott, está en la base de toda intervención psicoterapéutica.
En el recorrido que hace pocos años iniciasteis en esta Facultad, os habéis encontrado con una experiencia lectiva que hace referencia a algo que, espero, podáis ir desarrollando en vuestro futuro profesional. Fijaros bien: la idea es que el individuo, tal como lo vemos, es una visión parcializada de una realidad mucho más real y compleja. El hombre es un ser social y desde este ángulo, la visión del individuo como una realidad per se, no ayuda a la comprensión de la complejidad del ser humano. Individuo, grupo y sociedad son una misma cosa. En todo caso, son realidades de una misma esencia, sujetos a elementos que condicionan, posibilitan, detienen, generan toda una gama de comportamientos, pensamientos, sentimientos y aprendizajes que conforman eso que llamamos cultura. Y en ese mar vais a trabajar y os vais a desarrollar; en la medida en que vuestro contexto os lo posibilite y vosotros lo posibilitéis también. Esta es una tarea que, espero, podáis ir desarrollando en los próximos 80 años de vuestra existencia.
Y finalmente deciros que lo pasé en grande. Me sentí bastante bien integrado en el grupo. Sentí que entre todos realizábamos esa danza de la que tanto os he hablado. Mantengo en mi retina las risas, las miradas, los gestos, las complicidades de muchos de vosotros. Y algún que otro café. Y muchos nombres, también muchas zonas de esta zona de España con las que me siento íntimamente vinculado: Osona, el Maresme, el Ripollés, entre otras. Y también con otras zonas más alejadas como el País Vasco, Aragón…
A todos muchas gracias por lo mucho que aprendí.
Un abrazo.
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