60) O sea que la visión no es grupo o individuo sino que son las dos cosas a la vez, al unísono, ¿verdad? Esto es difícil de entender. ¿Tiene otros conceptos?
Entiendo que no sea fácil. No sigue siéndolo para mí ya que he crecido en la convicción de que lo que existen son dos realidades como diferentes, opuestas. Ello supone una dificultad añadida: la de articular la formación psicoanalítica con sus esquemas y ángulos de reflexión, comprensión y teorización con una visión en la que no existen dos mundos separados. Creo que eso sólo me es posible realizarlo a través de la práctica clínica en la que con mucha frecuencia visualizo al unísono tanto lo que clásicamente denominamos mundo interno con el externo, tanto en la realidad del grupo como en la realidad social o institucional en la que me muevo. Pero a parte de eso, Foulkes aportó otros conceptos que viene bien conocer.
Posiblemente una de las premisas más importantes es la que define la psicoterapia grupal grupoanalítica como el análisis de los miembros del grupo por el grupo incluido el conductor. Es decir, que las personas que constituyen el grupo y con la ayuda más evidente al inicio y paulatinamente menos presente a medida que avanza el proceso grupal, están ahí para hablar y, a través de ese diálogo sin cortapisas, ir avanzando en su proceso de análisis. En este participan todos los miembros bajo la consideración que es el propio trabajo que realizan en el seno del grupo donde reside el elemento psicoterapéutico. El grupo, pues, es agente de tratamiento.
En su texto de 1957 aparecen algunas otras precisiones conceptuales: Por “Situación” entiende un hecho global, cuyas partes suman menos que la totalidad; es un estado en flujo constante; es un sistema de relaciones mostrando un patrón flexible de figuraciones; y está organizado entorno a un punto focal o a varios que mantienen entre sí una relación recíproca[1] (1957:30); Fíjate qué interesante porque en realidad la situación, este sistema de relaciones que se muestra en un momento concreto del grupo, determina y contribuye a identificar el significado de las cosas que ocurren en el grupo. Pero ello no es estático, fijo; sino que ocurre dentro de un sistema dinámico de relaciones entre las personas cada una de las cuales aporta un matiz en la significación de los hechos tanto individuales como grupales. Todo ocurre en un preciso momento y no en otro, y el momento en el que ocurre define buena parte del significado de aquel suceso mientras que el resto de los significados derivan de la interrelación vinculante entre sus miembros.
La “Estructura” es la descripción del elemento estable grupal dentro del que los miembros se van entrelazando, combinando, complementándose o diferenciándose: patrones de relaciones que son relativamente constantes y estables. El terapeuta investiga su forma y organización tomando forma de configuraciones[2] (1957:31) Esta es otra idea interesante, porque cuando estas en una situación grupo, muy fácilmente puedes percibir cómo se constituye el complejo caleidoscopio grupal que reproduce estructuras de relación familiares, sociales, institucionales… En estas estructuras lo que queda dibujado son las diversas líneas de poder que emergen por ejemplo, cuando una persona explica una idea y otra u otras tratan de posicionarse respecto a ese relato. Esa configuración que dentro de su estabilidad es dinámica, cambiante, va formando una determinada imagen de posiciones relativas de unos aspectos respecto a otros que son los que configuran esta estructura grupal.
Un tercer concepto que nos ofrece para poder pensar en lo que sucede en el grupo es el de “Proceso” que es el componente dinámico de la situación y que puede ser definido como una interacción de elementos de la situación o sus relaciones y comunicaciones recíprocas, tanto verbales como no verbales.[3](1957:31). La vida psíquica es un devenir, un transcurrir a lo largo y a través de sucesos, intervenciones, renuncias…, tanto individuales como colectivas, que van tejiendo una compleja malla de vínculos y significados que van variando a lo largo de toda la vida, sea individual como grupal. Todo aquello que sucede en el grupo, marca un devenir que va configurando el progreso del propio proceso terapéutico.
A partir de ahí podemos entender un poco más uno de sus conceptos clave: el de Matriz. El constructo “Matriz” define aquello que genera y que es generado por las relaciones entre los miembros de un grupo, de una familia, que condiciona, da forma, contiene, y posibilita el desarrollo del sujeto en su seno; y al tiempo, participa en ellas. Fíjate que el término alude a dos componentes: el materno, en tanto que es el lugar en el que se desarrolla el ser humano a lo largo de sus meses de existencia intrauterina, y el paterno en tanto que es el molde en el que se funden y dan forma los objetos de metal. Desde esta doble idea creo que podrás comprender mejor no sólo lo que significa sino la importancia que tiene en la comprensión del ser humano como miembro de un grupo. Trayéndolo al aquí y ahora de la entrevista podríamos pensar en la red de interrelaciones que hemos ido estableciendo hasta el momento, en la que hay cosas que habrás entendido y otras que no, unas que me han sorprendido y otras que me han podido agradar… sabiendo que cada pregunta que me haces y su respuesta condicionan la siguiente y viene condicionada por las anteriores. Pues bien, esto forma parte de la matriz que se establece en esta entrevista.
Y la matriz, este entramado de relaciones conscientes e inconscientes que vinculan al sujeto con su grupo y grupos, posee cualidades posibilitadoras e inhibidoras para los miembros que la constituyen. La comprensión de las características de la matriz facilita la de los integrantes del grupo en la que se desarrolla. El aspecto íntimo de esta matriz, que proveniente del grupo básico, la familia, articula los aspectos sociales, psicológicos y biológicos, se denominaría Plexus, Plexo en castellano, en alusión al conjunto de nervios entrelazados que se encuentran principalmente en la zona abdominal (plexo solar) pero también en otros lugares del cuerpo.
No quiero centrarme mucho más en la idea de Matriz pero puedes profundizar un poco más en ella siguiendo a Powell, A., (1991), quien considera que no es un concepto estático, no alude a una estructura ni a un sistema particular de relaciones. Y propone entenderla usando una idea metafórica como lo que podría ser el campo gravitacional o el campo magnético. No podemos no ser traspasados por ellos. Pues de la misma forma, la matriz que se personifica o se concretiza en un grupo determinado a partir de un conjunto de relaciones y de los significados asociados a ellas, penetra y trasciende no sólo al individuo sino al propio grupo en tanto que éste se constituye en un lugar y no en otro, en un tiempo y no en otro, en unas coordenadas geográficas, políticas, sociales, religiosas, económicas, etc., particulares. Y, enlazando con los elementos ancestrales que a lo largo de la historia de la humanidad han ido tejiendo las particulares relaciones de interdependencia entre los humanos y su entorno, constituye una hipotética red que se reactiva y se rehace filogenéticamente, de generación en generación, articulando todos los significados y todas las relaciones, acciones, omisiones del ser individual.
Otro de los conceptos clave es el del punto nodal. En efecto, Foulkes considera al individuo no como un ser individual aislado de los demás, sino como parte inherente del entramado de relaciones a las que está vinculado, y por lo tanto, como emergente del grupo de pertenencia. Al ser el lugar de confluencia de parte de la red de comunicaciones en la que se procesan de alguna manera las influencias que recibe, a esa parte que define al sujeto, se le considera punto nodal. Así pues, y desde el planteamiento grupoanalítico, lo que se debiera definir es la individualidad entendida como aislamiento del sujeto. El individuo sólo puede ser concebido como parte del grupo; pero en realidad, y esto conviene subrayarlo, individuo y grupo no constituyen dos entidades diferentes. Es más, el grupo no es una cosa estática, determinada y concreta, sino la matriz de las relaciones que se dan entre los puntos nodales que, a su vez, quedan constituidos por aquellas.
Otro aspecto es el tomado de la teoría Gestáltica, la figura y fondo. Todos los fenómenos relacionales hay que considerarlos en el contexto en el que se dan, no pudiéndose comprender de forma aislada del mismo. En este sentido, la patología, que no es sino expresión de las dificultades de relación, en ocasiones extremas, es la figura que emerge de un fondo de relaciones de la que forma parte. Fondo y figura, como en la conceptualización Gestáltica, se interrelacionan dinámicamente. En ocasiones es la figura la que toma el protagonismo, mientras que en otras es el fondo. En este sentido, es el fondo, en el que se desarrollan las relaciones, el que puede ayudarnos a comprender el significado que tiene la figura.
La idea de Espejo es otra más de las que se utiliza en el vocabulario grupoanalítico. Hace alusión al reflejo que las personas nos devuelven y que alude a aspectos del self. En este sentido, el grupo puede ser entendido como una sala de espejos en los que nos vemos reflejados y a través del mismo nos posibilitamos una mayor comprensión de nuestros aspectos íntimos. Evidentemente, la idea de espejo no queda muy alejada de la de identificación, proyección e identificación proyectiva, mecanismos defensivos y de comunicación que utilizamos los humanos habitualmente.
Ahora bien, a partir de estas ideas que son más o menos propias, Foulkes propone cuatro niveles o cuatro ángulos de trabajo:
1) El nivel presente. Análogo a la “macroesfera” de Erikson. Allí el grupo representaría a la comunidad, la opinión pública…; en este nivel, lo que sucede en un grupo no sólo tiene que ver con el sujeto sino con los aspectos concretos de su vida y de la vida del propio grupo; e incluso con los aspectos comunitarios en los que el grupo, así como sus miembros, están articulados. Sería, algo así como los aspectos que cualquier miembro del grupo puede comentar en un momento en el que la vida del grupo coincide con el período Navideño o con un período electoral. No sería de extrañar que en el grupo apareciera un debate o una serie de comentarios respecto a estos elementos que tienen que ver con la vida presente.
2) El nivel de transferencia. Este segundo nivel corresponde a las relaciones de objeto maduras (…) es el nivel que los psicoterapeutas de grupo con orientación analítica toman en consideración con mayor frecuencia y en el que el grupo representa a la familia. En realidad es un plano de trabajo en el que podemos ir percibiendo cómo la estructura transferencial se actualiza en el aquí y ahora del grupo; considerado en su totalidad o en algunas de las constelaciones que se pueden formar entre los miembros.
3) El nivel de las imágenes corporales y mentales (niveles de proyección) en el psicoanálisis, este nivel corresponde a las primitivas y narcisistas relaciones “internas” de objeto (…) el grupo representa como externas lo que en realidad son relaciones de objeto internas (…) como indica Schindler es frecuente que el grupo represente la imagen materna. La imagen corporal se refleja y representa en el grupo y sus miembros. Este es otro corte en el estudio y análisis del proceso grupal. Ahí todos y cada uno de los aspectos parciales y totales de los miembros del grupo, así como las diversas constelaciones que se organizan, representarían lo que desde una perspectiva kleiniana son los objetos internos de cada miembro. Ahí podemos ver cómo uno de los miembros se constituye en el representante del ideal o de la figura exigente o punitiva de la o las expresiones de otros miembros, o la permisiva y tolerante, o… en definitiva la complejidad del mundo interno ha quedado proyectada en la realidad del grupo.
4) El Nivel primordial. Este cuarto nivel es en el que se presentan las imágenes primordiales descritas por Freud y Jung en relación con la existencia de un inconsciente colectivo. (Foulkes 1957b, en Kissen, 1979:304-5). Estas imágenes, nos ubican en lo que mi profesora de Psicolingüística repetía “pensamos en griego, hablamos en latín”. La mitología y el resto de las imágenes que provienen de las raíces de nuestra cultura se nos hacen presentes en momentos particulares del grupo.
Desde esta perspectiva, ¿cuál crees que es el posicionamiento del conductor? Evidentemente es muy compleja: en ocasiones está dentro del grupo, en otras fuera de él; en otras, en la misma frontera grupal, o en otras en las membranas intermedias que se organizan entre los diversos subgrupos del grupo con el que trabaja. De momento queda apuntada y volveré a ella más adelante.
Soy consciente de no haber desarrollado muchas de las ideas de Foulkes. Lo iré haciendo en próximas preguntas; pero quizás sí debiera señalar algo que a mi modo de ver es fundamental: La consideración de la enfermedad mental, de los trastornos psicológicos, no como una entidad interna del sujeto, o externa a él. En el pensamiento de Foulkes, la implicación de la comunicación a todos los niveles, consciente, inconsciente, interna, externa, sintomática o verbal, es plena. El síntoma no es sino la expresión y la comunicación de un entramado de elementos que el sujeto no puede indicar de otra manera. Supongamos, por ejemplo, el enfado: no siempre este enfado puede ser claramente expresado. Y no sólo por el hecho de que los condicionamientos sociales lo impidan, sino porque muchas veces, ni la propia vivencia de enfado aparece en la conciencia del sujeto. Cuando esto es así, las formas de esta vivencia se expresan a través de la sintomatología que denominamos psiquiátrica. Una depresión por ejemplo, un trastorno bipolar, un cuadro anoréxico o un proceso psicótico son expresiones de malestares internos, intensos, graves, cuya composición está lejos de ser conocida y reconocida por el sujeto. De la misma forma que pueden no serlo otras alteraciones no psiquiátricas como trastornos cardiovasculares, trastornos del aparato locomotor, o del respiratorio o del digestivo. Comprender la naturaleza comunicativa de la sintomatología denominada psiquiátrica o incluso médica, posibilita comprender más al sujeto que la muestra. Y de forma similar, entender las sintomatologías sociales y, por qué no, las políticas, económicas, religiosas e incuso, las culturales. El ser humano, desde la perspectiva desde la que entiendo a Foulkes, es un ser en comunicación con el otro, en constante interacción, interactuación, y que cuando aparecen serias dificultades en ella, los síntomas y, posteriormente lo que denominamos enfermedades, emergen como grito desesperado.
[1] Traducción del autor.
[2] Traducción del autor.
[3] Traducción del autor.